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Fotografía aérea del municipio de Barajas (1928) |
Barajas, tras el traslado de la capital del reino desde Toledo a Madrid en 1561, y debido a las necesidades de abastecimiento de pan y harina que demandaba su correspondiente incremento poblacional, se fue convirtiendo en el referente económico y social en la ribera del Jarama. Esto posibilitó un crecimiento urbano que se desarrolló durante los siglos XVI y XVII, época durante la que la Villa de Barajas alcanzó su máximo esplendor.
La nueva planificación urbana y la arquitectura que la acompañaban hicieron palpable el contraste entre las formas de vida provenientes del Medievo que se daban en las zonas rurales de Castilla y la nueva cultura urbana de claro influjo renacentista implantada con el reinado de Felipe II. Algunos de las construcciones de la familia Zapata en Barajas no han podido llegar hasta nosotros, como lo fueron los dos palacios, el hospital de San Julián o el convento de Nuestra Señora de la Concepción de Franciscanos, pero sí podemos disfrutar de la Plaza Mayor, de la Iglesia de San Pedro Apóstol y de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad.